El Antiguo Colegio de San Ildefonso estrenó curador de arte, el diseñador de producción cinematográfica Eugenio Caballero, ganador del Oscar a Mejor diseño de producción por El laberinto del fauno.Él curó la exposición La naturaleza íntima de la vida, del pintor alemán Ernst Saemisch (1902-1984), que se podrá visitar a partir del 15 de diciembre.Esto no implica que a partir de ahora se dedicará a este trabajo, el cine sigue siendo su pasión y el motivo de su producción creativa, aseguró Caballero, quien ya había experimentado la curaduría al montar la exposición de Guillermo del Toro llamada En casa con mis monstruos. View this post on Instagram A post shared by Colegio de San Ildefonso (@sanildefonsomx) “En la muestra en San Ildefonso pusimos a dialogar los procesos creativos de Saemisch, los temas que le interesaban con el arte mexicano, tuvimos muchos cuadros de varios artistas fundamentales”, dijo el curador.Precisó que se trata de una obra que conoce por su cercanía con la familia del artista de origen alemán.“La verdad me entusiasmó ver que su obra reflejaba lo que él había vivido, como un espejo de la sociedad y eso me parece que hemana la lectura de la obra Saemisch, por otro lado me gusta mucho este proceso de búsqueda de su esencia. Dijo que el trabajo del artista responde a una necesidad subjetiva y personalísima de interpretación: “Me parece fascinante el hecho de cómo se transforma la obra a través de un nuevo entorno. En este caso es en México cuando siento que cambia radicalmente su su visión y su su paleta de color”.Caballero afirmó que las exposiciones previas estuvieron menos relacionadas con el reflejo de sus vivencias, más aproximadas a una visión academicista: “Lo que quise hacer en esta muestra fue ofrecer una narrativa casi cinematográfica de su vida”.Reconoció que en ocasiones le gusta salirse de su zona de confort, como lo hizo con este ejercicio curatorial de la obra de un gran artista plástico, mientras espera la difusión de Separation, un documental sobre la política de migración emprendida por Donald Trump que separó a miles de familias.Caballero estuvo a cargo del diseño de producción de la película Pedro Páramo, inspirada en la novela de Juan Rulfo, una de las joyas de la literatura universal. También ha trabajado con Alfonso Cuarón en la cintaRoman y con Alejandro González Iñárritu, en Bardo.Amor por MéxicoLa exposición La naturaleza íntima de la vida está integrada por 220 bocetos, dibujos y pinturas. En la presentación estuvo la señora Gertrudis Zenses, viuda del artista, quien habló de manera emotiva de su relación con ese gran hombre, que se enamoró de ella y de México.“Ernesto fue un hombre impresionantemente culto, y a la vez muy sencillo. Era muy capaz de enamorarse del lugar donde estuviera. Le tocó por ejemplo estar en Finlandia y lo consideró un pueblo excepcional, pero de México se enamoró de verdad íntimamente.“Cuando tenía como 17 años enfermó de fiebre reumática, por lo que tuvo que estar postrado, entonces su papá le llevaba kilos de libros y de ese montón destacó uno sobre arte y cultura prehispánica, entonces eso lo persiguió como un sueño toda su vida. Estoy segura de que el motivo fundamental de que nos enlazáramos fue ese amor que él tenía por México, volviéndose toda una realidad. Aquí se entregó al acto de pintar y a convivir con la gente más sencilla”, relató.Además de pintor, destacó Zenses, su esposo fue escritor y corresponsal extranjero, por lo que siempre tenía como hábito leer los periódicos, “era muy sensible al sufrimientos de la humanidad”. Canek Saemisch, hijo del artista, quien se ha dedicado a difundir la obra y el pensamiento de su padre, es el museógrafo de esta exposición, la cual, aseguró, es la más grande y la más importante que se ha hecho de su obra.“Colaborar con Eugenio Caballero fue muy interesante porque era ver la obra desde una nueva mirada, que nos ha llevado a descubrir muchas cosas y procesos distintos que no habíamos comprendido”.En su intervención, Eduardo Vázquez Martín, coordinador ejecutivo del Mandato del Antiguo Colegio de San Ildefonso, explicó que el artista nació en Alemania a principios del siglo XX, en 1902. Le tocó vivir guerras mundiales en su primera juventud, siendo muy cercano al grupo de los científicos que transformarían la física moderna, encabezados por Einstein, con quien compartía su gusto por el montañismo.“Es decir, conoció muy de cerca el proceso mental en el que estaba la ciencia moderna de principios del siglo XX y que eso tendría una repercusión muy grande en su propia obra como pintor, al vivir las dos Guerra Mundiales y la posguerra, esa devastadora experiencia moral, política, militar, social y económica de Alemania”.Saemisch formó parte de la Bauhaus y conoció a artistas como Klee, Kandinsky, Feininger y Gropius. En los años 60 conoció a Gertrudis Zenses, una estudiante mexicana de filología alemana y su encuentro con ella lo llevó a viajar a México, donde recorrió territorios pintando la naturaleza y encontrándose con el gran arte prehispánico y el popular, así como con sus artistas e intelectuales.La naturaleza íntima de la vida se puede visitar hasta el 18 de mayo de 2025.MGR