Concertar una cita para entrevistar a Ana Volta AC no es fácil, pues la etnóloga egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historiay creadora visual reparte sus jornadas de 36 horas en cortos días de 24entre maternar, su trabajo como fotógrafa especialista en el retrato, la familia y la vida misma.La charla con MILENIO comienza por las primeras memorias de la cámara como objeto, la fotografía como recuerdo.Los inicios de una artista visual hasta ver la ternura del cuerpo humanoAna Volta AC cuenta que comenzó a tomar fotos a los cinco años, con una cámara Kodak con rollo 110; no recuerda alguna buena toma, pero sí que perdió tres equipos, al menos.La técnica se perfeccionó al nacer su hermano cuando ella ya tenía nueve; le tomaba muchas fotos y ya no perdía tantas cámaras.La artista va más allá en la memoria, relata que sus padres la llevaban a museos y cerca de la fecha de su cumpleaños en aquella tierna infancia.Sus padres le preguntaron qué motivo quería para su fiesta. Ana contestó que una exposición; con la curaduría de su madre, en la fiesta se mostraron con toda elegancia los dibujos en crayolas, acuarelas y prismacolor de la entonces pequeña pintora.Como creadora visual, Ana Volta AC lleva cinco años trabajando con el cuerpo humano como tema de la exposición ‘Luz y cuerpos’ abierta al público este 4 de septiembre en el edificio de posgrado de la Escuela Nacional de Antropología.Un proyecto cuidado en todos sus detalles: Planeación, estructura, luz natural, iluminación y el proceso de encontrar a las modelos y fue con ellas que ha tenido tiempo de profundizar en el discurso, el cuerpo femenino.Cuerpos que van más allá de los estereotiposAna, nos comparte su vista única que tiene sobre la belleza de la anatomía humana y la complejidad que esto es para cada persona, pues, claramente, cada individuo tiene su historia:“Es muy interesante, porque son cuerpos, que van más allá de lo físico. Cada uno de nosotros tiene una historia de vida y en el cuerpo muchas veces se ve, se puede notar —comparte—. Tenemos inseguridades, quizá complejos. Estamos acostumbrados aún en esta etapa de la historia a que hay estereotipos de lo que deberíamos ser, no importa la edad que tengas”.La fotógrafa dice que el proyecto va sobre los otros cuerpos, los que no están nunca y son parte de la vida cotidiana, aquellos que no entran en los "estereotipos":“Nos enseñan cierto tipo de vida, de cuerpos y pues así no son las cosas. Es mostrar a través de la imagen otro tipo de realidades, otras ‘corporabilidades’. Y lo mágico de la exposición es la participación de muchas personas”.Un proceso que sana desde el almaAna Volta AC desgrana el proceso de este ensayo fotográfico en el que encontró la solidaridad de sus amistades entre la comunidad artística. Por ejemplo, la locación: un colega cedió parte de su casa, una vieja fábrica. Las modelos se fueron sumando.“El día de la sesión no empecé con el desnudo, eso es demasiado agresivo, se inicia con ropa interior, con traje de baño y de ahí partimos. Fue una sinergia muy bonita pues ellas tampoco se conocían entre sí, sin embargo se conocieron a través del cuerpo, que es una experiencia totalmente diferente a la de decir: oye, ¿cómo te llamas? a conocer a alguien con el cuerpo”.La artista se pregunta cuáles son los cuerpos que importan en esta época, cuáles son los hegemónicos:“Sobre qué discurso nos los están vendiendo, qué consumimos, qué vemos. Aun siendo un cuerpo estereotipado hay estereotipo del estereotipo porque ninguna mujer es perfecta”.Y asegura que, llegar hasta hoy en día, con una exposición tan única, intima pero necesaria, sabe que no fue un camino fácil, pues para llegar a ello, tuvo que empezar por si misma:“La desnudez no se trata de desvestirse, sino de ser quien eres, sin prejuicios. Para llegar a ese punto me tuve que desnudar, conocer a esa persona, quitarme la máscara de fotógrafa, saber quién es. Al principio intenté integrar una sesión con hombres y mujeres pero los pocos que accedían les daba pena tocar a otro. Ellos tienen más tabús, más prejuicios, cosas que no les permiten ser ellos mismos. Al final quedó sólo con mujeres y conecté mucho más rápido”.El cuerpo como un lenguajeAsí como vivimos en una sociedad que nos dicta parámetros que llevan a la exclusión a quienes no los cumplan, aquí la meta es romper paredes de cristal que cercan la existencia.“El objetivo del ensayo es que sea una parte transformadora no sólo para mí, también para ellas. Romper una pared de estereotipos, ser tú misma y experimentar el cuerpo desnudo, el alma desnuda, el espíritu. La fotografía es una energía que va y viene, es como un círculo, y finalmente el retrato es en sí un autorretrato porque la mirada está ahí.“Vivimos día a día con nuestro cuerpo y nos habla todo el tiempo. Es un lenguaje que individualmente conocemos. Cuando te enfermas de lo que sea en realidad es el síntoma de otra cosa que emocionalmente no estás mirando. Enfermarse es una forma de sanar también”.El lenguaje del cuerpo comunica, y la fotografía logra el flujo de ese diálogo interior:“Al pararte frente a la cámara enfrentas tus miedos. Eso que hay ahí finalmente se transforma en otra cosa. Y en este caso grupal, ver un cuerpo diferente cerca de ti, uno que es igual pero al mismo tiempo no lo es, puedes conectar aunque sea un instante con otra persona, conocer otras realidades”.Y hay otra parte del discurso, como afirma Ana Volta AC, nada se compara con la gran luz natural, donde se pueden jugar con los tonos, las saturaciones que nos regala el sol, el atardecer:“Es la luz natural, que en este caso la trabajé así porque cambia a cada instante y te hace estar aquí y ahora. Incluso valoras más tomar ciertos retratos porque sabes que cambiará en cinco minutos o en una hora. Previamente estuve planeando la hora exacta para comenzar a hacer las fotos; era lo que quería representar, porque la luz también tiene un mensaje que decir: el calor, el frío”.Luz y cuerpos: una experiencia transformadoraA lo largo de la historia de la fotografía hemos visto retratos que permanecen en la memoria de la humanidad y que cambiaron la vida de los modelos, sin embargo en este ensayo que reivindica la otredad constatamos en los testimonios que la grata experiencia influyó en sus vidas.